El teatro llegó a mi vida casi por casualidad, pero entonces ya estaba harta de imaginarme en otras pieles, en otras vidas.
Empecé en un grupo de teatro amateur en el que sigo a dia de hoy. Un grupo que me ha dado, a pesar del sacrificio, muy buenos momentos.
Me formé en el Colegio de Teatro de Barcelona, dónde abosrvia con ojos muy abiertos y la ilusión de la niña que sigue dentro de mí, todo lo que mis magníficos profesores me enseñaron.
Aprendí en esa aventura muchas otras cosas y conocí a gente que aún conservo a mi lado en la distancia pero muy cerca de mí en mi corazón.
El teatro me ha dado muchas satisfacciones y sobre las tablas me he sentido más libre que nunca.
He disfrutado enseñando parte de lo aprendido a los más pequeños, a los que no tienen prejuicios y nada les coarta sus fantasías, porque el teatro es un juego, el juego más bonito que conozco.
Y no hay nada que me guste más que sentarme en una butaca a ver una buena obra de teatro porque además de dejarme llevar por esos personajes y esas historias, tan diferentes, sé que vivo con ellos un momento único e irrepetible que no te da por ejemplo el cine. ESA ES LA MAGIA DEL TEATRO.
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