Son las doce cuarenta y tres de la noche, fuera llueve y de fuera me llega a través del cristal de la puerta de mi balcón, la luz de una farola suspendida de una biga oxidada que va de mi fachada a la de enfrente. Me gusta.
Escribo, me gusta también y me siento a gusto, almenos en este instante sí.
A veces echo de menos mis porticones rojos, os hablaré de ellos quizás en otra ocasión. Echo de menos cosas vividas últimamente, pero son tan recientes que siento que puedo lograr volver a sentirlas y que acaben formando parte de mi.
Tengo treinta y tres años y me descubrí hace poco.
Siempre hice muchas cosas y tuve inquietudes, aunque muy limitadas a mi situación geográfica y el compartir mi vida con otros.
Pero realmente supe quién era y lo que sentía de verdad, no hace tanto. Supe como quería que fuese mi vida, en varios aspectos. Me alegro mucho de ello.
Estoy parada. Cerré un negocio en el que puse todo mi empeño, ahorros incluidos y mi ilusión, hace año y algo. Lo sigo pagando... a razón de casi quinientos euros al mes. Después he ido haciendo lo que me ha ido saliendo. Me fui y tuve que volver...
Mi hijo de cuatro años y medio duerme en la habitación de al lado. Es lo más grande verle dormir, bueno, y reír también, verle en definitiva.
Si no fuese por él, no estaría aquí.
Antes éramos tres pero ya no, aunque no vivo muy lejos de su papá, tan solo a unas calles. Con él, con su papá, estuve trece años y le sigo amando con todo mi corazón, pero amar no es suficiente en ocasiones.
Estoy indignada. Siempre me indignaron muchas cosas y sostuve una minirevolución personal contra lo que me parecían injusticias de la vida.
Ahora, más indignada que nunca si cabe, no tengo tiempo de ir a acampar a ninguna plaza y si lo hiciera nome serviria de nada, personalmente.
Está bien que lo hagan, pero ellos, los que lo hacen, casi todos, tienen la comida hecha al llegar a casa ó la posibilidad de hacerséla. Y seguramente no tienen críos a los que recoger de las escuelas y lavarles la ropa y prepararles las cosas para el dia siguiente. En fin...
Me horroriza todo lo que oigo en los telediarios y otros programas de actualidad. Mi país y su govierno, a pesar de la crisis me ahogaron con sus impuestos y los capitalistas con sus alquileres y ahora pretenden que nos apretemos el cinturón y nos recortan todo lo que pueden, pero algunos de ellos, se lo gastaron en aeropuertos sin aviones ó en choféres y cocaína ó en sus propias cuentas en paraísos fiscales.
Por mi naturaleza optimista, aunque deberiáis verme el rostro últimamente, nadie lo diria, sigo en la lucha, adelante, con todo, como puedo. Y pienso firmemente que nada es eterno y mi situación precaria no va a ser menos.
Me apasiona el teatro. Siento a veces que actuar és de las pocas cosas que hago bien. Perdonar la falta de modestia, pero tuve unos profesores y me valoraron, claro, y además me siento una currante del oficio y soy obediente con mis directores. Lo que si es cierto es que me siento genial cuando actúo.
En mi vida fuera de las tablas soy excesivamente sincera.
Mi otra pasión es la decoración y el diseño. Mi tienda era de menaje de grandes marcas y diseñadores.
Estudio segundo de Comunicación en la UOC ( Universitat Oberta de Catalunya ) En su día me formé como Técnica Administrtiva, aquí en mi pueblo, pero de haber cursado una carrera, estaba entre Periodismo y Publicidad y Márqueting. Este grado es una mezcla de las dos. Para mí es un hobbie, pero me cuesta la friolera de unos 200 euros por asignatura.
Me alucina viajar. En su dia puede hacerlo algo, pero ahora me conformo con ver “Españoles por el mundo”
Hay tanto por descubrir... en todos los sentidos.
Yo soy más cosas pero insignificante a la vez.
Os iré contanto.
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